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BLOQUEADORES DE LA PUBERTAD Y DISFORIA DE GÉNERO

Actualmente, una de las mayores controversias en medicina es el tratamiento adecuado de los niños y adolescentes con disforia de género. Los defensores de las personas trans afirman que los bloqueadores de la pubertad son importantes para su salud mental y que son reversibles. Sin embargo, un estudio realizado por el Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Atención del Reino Unido (NICE en su acrónimo inglés) muestra que la ciencia que respalda esta opinión es de baja calidad. Esta revisión se publicó el 11 de marzo de 2021.

Según esta revisión oficial, las evidencias científicas sobre el uso de fármacos bloqueadores de la pubertad para tratar a los jóvenes que luchan con su identidad de género son «muy pobres». La revisión, encargada por NICE, muestra que los estudios existentes de los medicamentos son pocos y están «sujetos a sesgos y confusión». Este documento ayudará a informar la revisión independiente realizada por la Dra. Hilary Cass sobre los servicios de identidad de género para niños y jóvenes publicada en octubre de 2020, y se espera que ayuden a informar una revisión independiente y fundamentada de los servicios de identidad de género para niños y jóvenes.

Los bloqueadores de la pubertad, conocidos científicamente como análogos de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), se recetan a algunos jóvenes con disforia de género, angustia causada por una discrepancia entre la identidad de género de una persona (cómo se ve a sí misma con respecto a su género) y su sexo al nacer. Actúan en el cerebro para detener el aumento de las hormonas sexuales (estrógeno y testosterona) que acompañan a la pubertad. Estas son las hormonas que provocan cambios en el cuerpo, como el inicio de la menstruación, la formación de los senos o, en los niños, el enronquecimiento de la voz.

La revisión realizada por NICE, cuya función es proporcionar orientación y asesoramiento a nivel nacional para mejorar la atención sanitaria y social, analizó el impacto que tenían los bloqueadores de la pubertad en la disforia de género, la salud mental −como la depresión, las tendencias suicidas y las autolesiones y la ansiedad− y la calidad de vida. Su resultado principal se define en pocas palabras: «La calidad de la evidencia científica es de una certeza muy baja».

¿Por qué? NICE encontró que era difícil sacar conclusiones de los estudios existentes debido a la forma en que habían sido diseñados. Todos los estudios analizados en la revisión bibliográfica tenían fallos. «Todos fueron estudios observacionales muy limitados y carentes de grupos de control, que se utilizan para comparar directamente el efecto de diferentes tratamientos; tuvieron un seguimiento relativamente corto; la mayoría de ellos no reportaron comorbilidades (salud física o mental); la mayoría se informaron de manera deficiente y utilizaron una variedad confusa de herramientas y métodos de calificación. Los estudios que encontraron diferencias en los resultados podrían representar cambios que tienen un valor clínico cuestionable, o los estudios en sí mismos no son confiables y los cambios podrían deberse a factores de confusión, sesgos o al azar». También hubo otros problemas con los trabajos analizados, como no describir qué otros problemas de salud física y mental puede tener una persona joven junto con la disforia de género, que están sujetos a sesgos y confusión.

Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Atención del Reino Unido (NICE)

La revisión buscó también averiguar cómo se compara el tratamiento con análogos de GnRH en términos de efectividad clínica con otras intervenciones que se pueden ofrecer a los jóvenes con disforia de género. Estos incluyen apoyo psicológico, transición social al género deseado, donde un joven se identificará como otro género tal vez cambiando sus pronombres y ropa, pero no toma medicamentos, o ninguna intervención en absoluto. La revisión muestra que hay «muy pocos datos» sobre cualquier intervención adicional, como asesoramiento u otros tratamientos farmacológicos, que los jóvenes pudieran haber tenido junto con los bloqueadores de la pubertad, lo cual podría sesgar los resultados.

El impacto de los bloqueadores de la pubertad en la densidad ósea había sido planteado anteriormente como una preocupación potencial por algunos expertos. NICE encontró que sin un «grupo control», no es posible saber si los cambios observados en la densidad ósea «estaban asociados con análogos de GnRH o eran debidos a factores temporales».

El estudio concluyó que «cualquier beneficio potencial de las hormonas que afirman el género debe sopesarse con el perfil de seguridad a largo plazo, en gran parte desconocido, de estos tratamientos en niños y adolescentes con disforia de género». En definitiva, que en estos casos hay que actuar con la máxima prudencia.

CUIDADO ENDOCRINO DE PERSONAS TRANSGÉNERO: DETRANSICIONES

 
El doctor Ricardo García-Mayor, vicedirector de AGABI, ha escrito una interesante opinión  en la revista científica Endocrinology & Metabolism International Journal 2020, 8 (4): 101-102. La versión original puede descargarse en : https://medcraveonline.com/EMIJ/EMIJ-08-00288.pdf
Ofrecemos aquí una traducción autorizada.
Opinión
Transgénero define a las personas con identidades de género que están en desacuerdo con el sexo registrado al nacer. A pesar de que ser transgénero no se considera una condición de salud del comportamiento, los códigos para un diagnóstico de transgénero se encuentran en la sección de salud mental en la décima versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICI 10). En la ICI undécima, la Organización Mundial de la Salud propuso utilizar el término incongruencia de género 1 y eliminar el termino disforia de género.
Aunque el mecanismo que determina la identidad de género es desconocido, información reciente sugiere que se trata de una fijación de naturaleza biológica programada desde el nacimiento 2. Datos del Sistema de Vigilancia del Riesgo Conductual y de los Centros para el Control de Enfermedades y la Prevención sugirieren una prevalencia del 0,6% de personas adultas transgénero en los Estados Unidos de América 3.
 Las encuestas indican que más del 2,7% de los niños pueden tener incongruencia de género 4; sin embargo, muchos de estos niños no continúan haciéndolo más adelante en la vida 5. La mayoría de los pacientes atendidos en unidades médicas son adolescentes mayores o adultos jóvenes. En el momento de la historia clínica, muchas personas transexuales comentaron que eran conscientes de su sentido de incongruencia de género antes del inicio de la pubertad. La evaluación médica de estos pacientes incluye la evaluación de la ansiedad, la depresión y el riesgo de suicidio, que se observa con más frecuencia en las personas transgénero que en las personas cisgénero (personas cuyo sexo registrado al nacer está en concordancia con su identidad de género)6. A pesar de que la identidad transgénero se establece en base a la historia clínica, las pautas clínicas recomiendan que los expertos en salud mental deben participar en la valoración de estas personas, a fin de descartar condiciones de su salud mental que puedan confundir la evaluación de las personas adultas transgénero que solicitan tratamiento médico 7.
En los últimos años, el endocrinólogo ha observado un aumento de la demanda de tratamiento de personas transgénero o con incongruencia de género, particularmente en jóvenes, incluidos adolescentes y preadolescentes 8,9. Estos casos son especialmente complejos porque la identidad sexual está en construcción y quizás no lo suficiente consolidada en estas etapas de la vida. Además, aumentó el número de personas transgénicas que demandan tratamiento médico directamente a los endocrinólogos, influidos por una información mediática excesiva e inadecuada o por personas de asociaciones transgénero, que piensan que la evaluación psicológica y el diagnóstico son una forma de discriminación 10, y con el malentendido de que todos sus problemas se resolverán con un tratamiento hormonal. En este contexto, cobra relevancia que las personas transgénero que se han sometido a tratamiento hormonal y quirúrgico, una vez que los cambios deseados se hayan logrado, quieran revertir los cambios somáticos y administrativos provocados. Este fenómeno se conoce como detransición o arrepentimiento 11. La prevalencia de este fenómeno es desconocida.
Un estudio reciente de Pazos Guerra et al 12 informa sobre las causas de detransición en algunas de las personas transgénero tratadas por ellos en su Unidad de Identidad de Género. Estas causas incluyen el desistimiento de la identidad, cuando las personas experimentan una pérdida o un cambio en su anterior sentimiento de identidad sexual; variantes de género no binarias; psicomorbilidades asociadas; y confusión entre identidad sexual y orientación sexual. Para evitar los problemas causados por detransiciones, que no solo involucraron cambios somáticos debidos al tratamiento hormonal y la cirugía, los cuales no son completamente reversibles, así como cambios administrativos, es fundamental que las personas transgénero sean tratadas por equipos multidisciplinares con experiencia, que incluyan expertos en salud mental.
Bibliografía citada 
  1. Drescher J, Cohen-Kettenis P, Winter S. Minding the body: situating gender identity diagnoses in the ICD-11. Int Rev Psychiatry. 2012; 24:568-577.
  2. Saraswast A, Weinand JD, Safer JD. Evidence supporting the biologic nature of gender identity. Endocr Pract. 2015; 21:199-204.
  3. Flores AR, Herman JL, Gates GJ, et al. How many adults identify as transgender in the United States? Los Angeles: the William Institute. 2016.
  4. Rider GN, McMorris BJ, Gower Al, et al. Health and care utilization of transgender and gender non-conforming youth: a population-based study. Pediatrics. 2018;141: e20171683.
  5. Wallen MS, Cohen-Kettenis PT. Psychosexual outcome of gender-dysphoric children. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. 2008;47:1413-1423.
  6. Brown GR, Jones KT. Mental health and medical heath disparities in 5135 transgender veterans receiving healthcare in the Veterans Health Administration: a case-control study. LGBT Health. 2016; 3:122-131.
  7. Hembree WC, Cohen-Kettenis PT, Gooren L, et al. Endocrine treatment of gender-dysphoric/gender-incongruent persons: An Endocrine Society clinical practice guideline. J Clin Endocrinol Metab. 2017; 102:3869-3903.
  8. Becerra-Fernández A, Rodríguez-Molina JM, Asenjo-Araque H, et al. Prevalence, incidence and sex ratio of transsexualism in the Autonomous Region of Madrid (Spain) according to healthcare demand. Arch Sex Behav. 2017; 46:1307-1312.
  9. Skordis N, Butler G, de Vries MC, et al. ESPE and PES international survey of centers and clinicians delivering specialist care for children and adolescents with gender dysphoria. Horm Res. 2018; 90:326-331.
  10. Selvaggi G, Giordano. The role of mental health professionals in gender reassignment: unjust discrimination or responsible care? Aesth Plast Surg. 2014; 38:1177-1183.
  11. Phafflin F. Regrets after sex reassignment surgery. J Psychol Human Sex. 1993;5:69-85.
  12. Pazos M, Gómez-Balguer M, Gomes M, et al. Transsexuality: transitions, detransitions and regrets in Spain. Endocrinol Diabetes Nutr. 2020.