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ATRAPADOS EN EL SEXO

El Dr. Carlos Chiclana, psiquiatra y profesor de la Faculta de Medicina de la Universidad CEU-San Pablo de Madrid, es autor del libro “Atrapados en el sexo. Cómo liberarte del amargo placer de la hipersexualidad” (editorial Almuzara).

Dr. Carlos Chiclana

Lo dedica a los que desean tener una vida sexual sana, sin quedar atrapados por el sexo. Está convencido de que la sexualidad no es una cuestión de cantidad, sino de calidad. Para hablar de hiper o de hiposexualidad hay que saber qué es la normosexualidad. Esta se mide con parámetros de amor y respeto; no con números, frecuencias o intensidades. Quizás sea la mezcla de amor y frecuencia, respeto e intensidad, unidad e identidad de la persona y del proyecto vital. La hipersexualidad se manifiesta con una conducta sexual fuera de control, que molesta a quien la sufre y a los demás. Anima a los que tienen una conducta sexual desordenada y fuera de control a que pidan ayuda.

En una entrevista publicada por Aceprensa explica que ha investigado, junto a la Dra. Gemma Mestre Bach, el daño que hace la porno, sobre todo en la mente y conducta de los más jóvenes. A través de internet tienen acceso fácil a todo tipo de pornografía y la experiencia clínica muestra que se afectan de forma notable. Se puede considerar una adicción, ya que se trata de un hábito dañino que busca cada vez sensaciones más fuertes. La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha incluido el diagnóstico de “conducta sexual impulsiva” en el área de problemas de salud sexual, donde se podría incluir el uso compulsivo de la pornografía. Ellos opinan que para considerar una conducta como adictiva se debe verificar la frecuencia y la duración de esa conducta, la dependencia y los síntomas de abstinencia.

Es posible identificar tres escalones cualitativos: en el primero están los que consumen pornografía de modo esporádico y recreativo. Estos pueden detener la conducta sin dificultad. Habrá consecuencias, pero no hay patología médica. En un nivel medio se encuentran los que utilizan la pornografía para regular sus emociones; le dedican una frecuencia, intensidad o tiempo excesivos. Gastan dinero de forma desproporcionada y experimentan consecuencias negativas en su vida sexual. No pueden decir “no” a esta conducta. Finalmente están los que han generado una dependencia y se pueden considerar adictos a la pornografía. Para considerar una conducta como adictiva se tienen que reunir varios criterios médicos: frecuencia y duración de la conducta, dependencia y síntomas de abstinencia si no se puede llevar a cabo.

Desde hace años Chiclana atiende en su consulta adolescentes con un comportamiento adictivo a la pornografía. Observa en ellos alteraciones neuroendocrinas, neurofisiológicas y de estructuras cerebrales. No necesariamente muestran signos exteriores de adicción; lo pueden llevar en secreto. No se sabe con certeza si estas alteraciones forman parte de las causas del trastorno y favorecen la aparición de un uso problemático de la pornografía, o si, por el contrario, el deterioro neurobiológico es una consecuencia de su consumo excesivo. De momento los resultados deben interpretarse con cautela, debido a las posibles diferencias en el desarrollo y la madurez cerebral entre adolescentes y adultos.

El uso de pornografía puede relacionarse con una mayor preocupación sexual, alteración de la imagen corporal, actitudes permisivas sexuales, estereotipos de género, visión de la mujer como objeto, actitudes agresivas en el ámbito sexual, relaciones sexuales de riesgo, mayor uso del “sexting”, encuentros con múltiples parejas sexuales, expectativas irreales sobre la relación sexual, alteraciones en la respuesta y satisfacción sexual y peor calidad de las relaciones afectivas.

El uso de pornografía puede afectar el rendimiento escolar, favorecer el consumo de sustancias y conductas delictivas, fomentar un estilo de vida no saludable, e incluso favorecer la depresión.

A pesar de toda la información existente, los resultados son contradictorios y no cuentan con el apoyo unánime de la comunidad científica. Se necesitan más investigaciones sobre las causas y las posibles consecuencias del consumo de pornografía en los adolescentes.

En su consulta, Chiclana ve cada vez más adolescentes con elevado nivel agresividad y más casos de abusos intrafamiliares de adolescentes sobre hermanos. Algunos estudios muestran que los niños y adolescentes que usan pornografía son más propensos a mostrar conductas agresivas que aquellos que no la usan. Otros estudios muestran que la exposición a material pornográfico violento multiplica por seis la probabilidad de comportamiento sexualmente agresivo. Además, se asocia con todos los tipos de violencia en el noviazgo.

Parece que solo la pornografía violenta podría asociarse a conductas sexuales agresivas, pero hace falta más evidencia para poder obtener resultados concluyentes. En cuando a lo que algunos consideran “porno ético”, Chiclana no es partidario de recomendarlo.

Los estudios muestran la eficacia de la terapia cognitivo-conductual para los adictos. Se puede abandonar este hábito y es posible volver a llevar una vida sexual sana e integrada con el propio proyecto de vida.

Lo más importante es evitar la adicción. Hay medios para proteger a los niños y adolescentes de la exposición temprana a la pornografía. El principal es la educación sexual desde la infancia a cargo de los padres y en coordinación con colegios y asociaciones. Además, se pueden emplear filtros de educación parental y medidas legales que los protejan de la exposición temprana e involuntaria.

Actualmente, está pendiente en España la aprobación de una ley de medios audiovisuales que cumpla una directiva del Parlamento Europeo. El anteproyecto de ley indica que se han de tomar “las medidas necesarias para la protección de los menores en el servicio de intercambio de vídeos a través de plataforma respecto de los programas, los vídeos generados por usuarios y las comunicaciones comerciales audiovisuales que puedan perjudicar su desarrollo físico, mental o moral y, en todo caso, impedir el acceso a escenas que contengan violencia gratuita o pornografía”.

Isabel Coma Canella

Médico

«LA PORNOGRAFÍA EROTIZA LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER HASTA LÍMITES INIMAGINABLES»

«Prioriza el placer y el poder de los hombres frente a la insignificancia de las mujeres», dice la socióloga y académica ROSA COBO BEDÍA en su ensayo Pornografía. El placer del poder.

Entrevista realizada por VIOLETA MOLINA GALLARDO/EFE, 27.09.2020.https://www.heraldo.es/noticias/sociedad/2020/09/27/pornografia-erotiza-violencia-censayo-rosa-cobo-1397216.html
Internet es uno de los medios que más han potenciado el consumo de pornografía. La pornografía erotiza la violencia contra la mujer, prioriza el placer y el poder de los hombres frente a la «insignificancia» de las mujeres con un discurso de subordinación que convierte al porno en una «propuesta de destrucción de lo femenino», denuncia la socióloga y académica Rosa Cobo.
«La pornografía erotiza la violencia contra las mujeres hasta límites inimaginables. (…) Hay un endurecimiento progresivo del contenido y han aumentado de forma exponencial las representaciones de violencia contra las mujeres. En estas representaciones se puede identificar con una claridad extraordinaria un discurso de odio contra las mujeres», explica Cobo.
En el ensayo Pornografía. El placer del poder, la profesora de la Universidad de La Coruña analiza el «significado político» del porno y defiende la hipótesis de que no se trata de una «fuente de autosatisfacción sexual y una parte inocua de la industria del ocio», sino que «crea un espacio simbólico poderoso que contribuye a legitimar la violencia sexual y el discurso de odio contra las mujeres».
La desigualdad entre hombres y mujeres está en los cimientos de la pornografía: muestra un relato de omnipotencia masculina en el que el deseo del hombre no tiene límite, a la vez que el único atributo de la mujer es su capacidad sexual, subordinada al placer del varón, que es un «placer del dominio».
«Los hombres son definidos como seres activos, agresivos y violentos. Las mujeres, como seres pasivos, inferiores y receptores de la violencia masculina. La pornografía está dirigida a convertir a las mujeres en servidoras sexuales», critica la investigadora universitaria.
En ella, las mujeres no son definidas como seres racionales, sino como seres sexuales que están mucho más próximos a la naturaleza que a la cultura: «Son definidas como hembras más que como humanas».
Y no sólo es ficción, «crea realidad» y sirve de «discurso disciplinador» que trata de inculcar a mujeres y hombres «cómo deben ser»: ellos, poderosos; ellas, hipersexualizadas y complacientes.
«Esta afirmación de la soberanía masculina está siendo contemplada por muchos hombres y por muchos adolescentes y va a ser muy difícil que no se contagien de esa definición de lo masculino», teme.
A la profesora de Sociología del Género de la Universidad de A Coruña y directora de la revista de estudios feministas Atlánticas le preocupan la violencia y los nuevos imaginarios de la pornografía, como son el incesto, golpear de forma sistemática a las mujeres o defecar encima de ellas.
Con las nuevas tecnologías, asevera, el porno se ha convertido en un fenómeno social «absolutamente masivo» -incluso al alcance de los niños- que influye en el imaginario sexual, en «cómo construyen chicos y chicas su sexualidad». Su estética, afirma, está dominada por la crueldad, el daño, el sadismo y la explotación. Por todo ello, “considera que la pornografía mainstream debe ser prohibida”.
«En el corazón de la pornografía aparecen juntos el deseo, el dominio y la violencia. Por eso la pornografía es un mecanismo ideológico de destrucción de sentimientos de empatía. En sus representaciones aparecen varones que persiguen sus deseos contra los deseos de las mujeres; que practican violencia contra ellas como forma de obtener gratificación; o que dejan fuera los sentimientos para concentrarse en el placer del dominio», escribe.
La socióloga habla de una «pedagogía de la prostitución» porque el porno muestra a los varones lo lejos que pueden llegar en el ejercicio de la violencia en sus prácticas sexuales y a las mujeres que han de soportar dicha violencia.
«En realidad es el cumplimiento del viejo sueño patriarcal de que ellos lo son todo y ellas no son nada», resume.
Cobo se refiere a los impulsores de la pornografía como los «bárbaros del patriarcado», hombres de negocios vinculados a economías ilegales y a la industria de la explotación sexual que tienen una «propuesta de subordinación radical de las mujeres».
Sin embargo, enfatiza que ésta alcanza amplios niveles de tolerancia y aceptación social por el respaldo de segmentos de la academia, la cultura e incluso de las instituciones.
Defiende la profesora universitaria que el feminismo ha de tener una posición crítica con la pornografía: «¿Cómo va a reivindicar imágenes en las que las mujeres son golpeadas y convertidas de forma inmediata en servidoras sexuales? Es imposible, eso no tiene que ver con el feminismo», concluye

PARA PROTEGER A LA INFANCIA, UN PROYECTO DE LEY CON CLAROSCUROS

La nueva propuesta del gobierno español para prevenir la violencia contra los menores, que actualiza instrumentos ya existentes, contiene fuertes dosis de ideología de género.
El pasado mes de junio, el gobierno de España aprobó remitir al Congreso de los Diputados el Proyecto de Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia. La normativa abarca los diferentes ámbitos en que pueden ocurrir situaciones de este tipo, confiere mayores poderes a los funcionarios públicos que les hacen frente, marca nuevos plazos a la prescripción de delitos violentos contra los menores, pone énfasis en la formación de los progenitores, e introduce la perspectiva de género en distintos puntos del articulado.
https://www.aceprensa.com/familia/infancia/para-proteger-a-la-infancia-un-proyecto-de-ley-con-claroscuros/?utm_source=Suscriptores+Newsletter+Aceprensa&utm_campaign=2b86ab3f02-EMAIL_CAMPAIGN_2020_07_09_10_17&utm_medium=email&utm_term=0_9940c1a781-2b86ab3f02-81254520